Tiempo más tarde ya tenía la suficiente música recopilada como para buscar
algún bar en el que pinchar, hasta que encontré mi primera residencia y una de
las mejores discotecas de Valladolid, Tintin SupperClub, dónde poco a poco fui
aprendiendo conceptos básicos, diferentes estilos musicales y técnicas de los
deejays reconocidos en la noche de nuestra ciudad que cada sábado pasaban por
esa cabina. Y a parte de aprender a mezclar dos canciones, aprendí algo
más importante que todo eso, la psicología de pista.
He compartido cartel con djs de la talla de Space Elephants, o cabina con
djs nacionales como Stile o Bento Leal, con el que compartí dicha residencia
durante un año.
Seguí pinchando en esta discoteca hasta que decidí dar un paso más allá
hace unos meses y probar en otra sala de Valladolid, conocida como Sala
Heineken, en la cual resido en estos momentos.
Ultimamente estoy intentando introducirme en el mundo de la producción para
poder sacar mis propios temas y desarollar ideas musicales por cuenta propia.
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